10 frases budistas para tener una mejor vida

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El objetivo del budismo es que cada persona desarrolle su ilimitado potencial, valorando al máximo su propia vida y la de los demás.

Muchas personas preferimos referirnos al budismo más como una filosofía de vida que como una religión.

El budismo es una de las religiones más antiguas que aún se practica por unos 200 millones de personas en todo el mundo.

Para su entendimiento e integración de significado no tenemos por qué hacernos seguidores de esta religión.

Tan solo es necesario abrir nuestro corazón y llevar a cabo una apertura mental con ilusión.

¿Cómo ser más felices y conseguir bienestar?

El budismo se desarrolló a partir de las enseñanzas difundidas por su fundador Siddhartha Gautama, alrededor del siglo V A.C. en el noreste de la India.

La práctica de la filosofía budista permite al individuo una transformación positiva desde lo más profundo de su ser, hasta cambiar el temor en coraje, las dudas en sabiduría y el egoísmo en misericordia.

No es necesario abrazar el budismo para aprovechar los beneficios que nos puede brindar. Basta tener la mente abierta y el corazón bien dispuesto.

Hoy les presentamos las mejores 10 frases budistas que te cambiarán la vida:

El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional.

Solo nos puede dañar aquello a lo que le conferimos importancia. Todo lo que somos es el resultado de lo que hemos pensado; está fundado en nuestros pensamientos y está hecho de nuestros pensamientos.

Solemos pensar que reaccionamos ante los sucesos, que estos traen en sí la semilla de la tristeza o la alegría, pero en realidad reaccionamos ante lo que los hechos significan para nosotros.

Por eso, para evitar el sufrimiento inútil, a veces basta dar un paso atrás, desligarse emocionalmente y ver las cosas desde otra perspectiva. Es difícil pero con la práctica se aprende.

Alégrate porque todo lugar es aquí y todo momento es ahora.

Solemos pensar solamente en el pasado o estar excesivamente preocupados por el futuro. Esto nos lleva a no vivir el momento y que nuestras vidas pasen de largo sin ser conscientes.

El budismo nos enseña el aquí y ahora. Por tanto, debemos aprender a estar plenamente presentes, a disfrutar de cada momento como si fuera el único,el primero y el último.

No bucees en el pasado ni sueñes demasiado con el futuro, concéntrate en el momento presente porque es ahí donde encontrarás las claves de la felicidad.

Cuida el exterior tanto como el interior, porque todo es uno.

Para encontrar un verdadero estado de bienestar es imprescindible que mente y cuerpo estén en un equilibrio. No centrarnos demasiado en el aspecto físico o, por el contrario, en el aspecto interior nos ayudará a sentirnos más plenos y conscientes del aquí y ahora, facilitándonos una plenitud emocional más rica. Somos una unidad física y espiritual, aunque a menudo lo olvidamos.

A veces nos preocupamos demasiado por cuidar el cuerpo y olvidamos el alma, mientras que en otras ocasiones nos preocupamos mucho por nuestro equilibrio psicológico dejando de lado aspectos tan importantes como la dieta y el ejercicio físico.

Sin embargo, para encontrar un verdadero estado de bienestar es imprescindible que mente y cuerpo estén equilibrados.

Más vale usar pantuflas que alfombrar el mundo.

Para encontrar nuestra paz interior, tenemos que ser conscientes de nuestros potenciales personales y aprender a saber dosificarlos, así como nuestros recursos. De esta forma viviremos un auténtico crecimiento y evolución.

A veces, ya sea porque sobrestimamos nuestras fuerzas o porque no somos conscientes de la envergadura de la situación, nos planteamos objetivos que sobrepasan nuestras capacidades. Entonces nos generamos un estrés innecesario.

Es importante saber qué guerras combatir y cuáles dar por perdidas porque luchar contra molinos de viento puede ser muy romántico pero no es eficaz.

No lastimes a los demás con lo que te causa dolor a ti mismo.

Se trata de una de las máximas del budismo que, si la aplicáramos al pie de la letra, nos permitiría eliminar prácticamente todas las leyes y los mandamientos morales.

Sin embargo, esta frase budista va más allá del clásico “no le hagas a los demás lo que no te gustaría que te hiciesen a ti” porque implica, ante todo, un profundo conocimiento de nosotros mismos y, en segundo lugar, una gran empatía para con los demás.

No es más rico quien más tiene, sino quien menos necesita.

Aunque no somos conscientes de ello, nuestro deseo de tener más, ya sea en el plano material o emocional, es la principal fuente de nuestras preocupaciones y desencantos.

Cuando aprendemos a vivir con poco y aceptamos todo aquello que nos brinda la vida y en el momento en el que nos lo brinda, logramos una vida más equilibrada y reducimos la tensión y el estrés.

Desear más cosas a menudo solo indica que necesitamos más seguridad o que nos sentimos solos y necesitamos suplir esos vacíos. Cuando te sientes a gusto contigo mismo, no necesitas demostrar nada.

Para entender todo, es necesario olvidarlo todo.

Cuando somos pequeños estamos abiertos al aprendizaje, no tenemos ideas preconcebidas.

Sin embargo, a medida que crecemos nuestra mente se llena de condicionamientos sociales que nos indican cómo deben ser las cosas, cómo debemos comportarnos e incluso qué debemos pensar. Estamos tan imbuidos en este contexto que no nos percatamos de que nuestra mente se ha convertido en una caja muy estrecha que nos aprisiona.

Por eso, si quieres cambiar y ver las cosas desde otra perspectiva, el primer paso es desligarse de las creencias y los estereotipos que te mantienen atado. En este sentido, otra frase budista nos ilumina: “En el cielo no hay distinciones entre este y oeste, son las personas quienes crean esas distinciones en su mente y luego piensan que son verdad”.

El odio no disminuye con el odio.

El odio disminuye con el amor

La violencia genera violencia, la ira produce resentimiento.

Es algo que sabemos pero casi nunca aplicamos por lo que a menudo nos involucramos en discusiones en las que nos dejamos llevar por nuestras emociones más negativas, respondemos a la crítica con otra crítica y a un ataque con otro aún más fuerte.

Sin embargo, el odio solo genera odio, la única forma de contrarrestar su efecto es brindando amor, respondiendo con emociones positivas.

Si puedes apreciar el milagro que encierra una sola flor, tu vida entera cambiará

En esta frase budista se encierra el secreto del cambio: aprender a valorar cada cosa y cada persona por lo que es: un milagro único e irrepetible.

Cuando aprendamos a no criticar sino a aceptar y a maravillarnos ante las cosas más pequeñas que nos rodean, nuestra vida cambiará porque le estamos dejando una puerta abierta a la gratitud, la curiosidad y la alegría.

Al contrario, si pensamos que no hay nada especial en las pequeñas cosas y que estamos en la cima del mundo, no solo nos estamos cerrando a la belleza sino también al aprendizaje y el crecimiento. Si no puedes apreciar el milagro que encierra una flor, es que ya estás muriendo por dentro.

Da, aunque no tengas más que muy poco que dar

Se trata de una de las frases budistas más antiguas pero hace poco algunas investigaciones realizadas en el área de la Psicología Positiva han demostrado que la gratitud y la entrega son uno de los caminos que nos conducen a la felicidad. No se trata de dar esperando recibir algo a cambio sino de dar motivados por el placer que se siente al ayudar a alguien.

Recuerda que no es mejor persona aquella que da graciosamente lo que le sobra sino la que comparte lo que apenas le alcanza.

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